El autobús de Hazte Oír ha dado que hablar -y no oír, irónicamente- en una semana en la que se asistió a nuevos casos de violencia de género, vergüenzas jurídicas contra la llamada casta política y social, más situaciones ridículas de Donald Trump y la sensación general de que el mundo se está yendo a la mierda más rápido de lo que nuestro querido George Orwell habría imaginado nunca.
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