
Cuando dejé de fumar creí, sinceramente, que tarde o temprano acabaría substituyendo la nicotina por otra cosa igual de nociva o peor. Echando la vista atrás, recuerdo que las primeras semanas consumí más azúcar de lo habitual: tomaba cafés con más azúcar, volví a comer chucherías…
Lee el artículo completo en Murray Magazine: https://alejandroorradreescritor.wordpress.com/?p=1023&preview=true